Amanece en Madrid. Las vistas de la ciudad que podemos disfrutar desde la ventana de nuestra habitación del hotel son magníficas.
Dejamos el hotel a las 8:05 con todo pagado. Queremos quedarnos a ver cómo van llegando los del MAPOMA y no vamos a tener tiempo de regresar a ducharnos como otras veces.
En los alrededores del Retiro ya estamos para las 8:15, pero no encontramos sitio para aparcar. Media hora dando vueltas y nada, así que terminamos dejando el coche de mala manera en las inmediaciones del Palacio de Deportes. El calentamiento va a ser de traca: carrerón hasta la salida por toda la calle Goya.
Llegamos al edificio de la Biblioteca Nacional a las 8:58 porque, sin coger aún el aire, oímos por megafonía que quedan dos minutos para el pistoletazo. Dejamos pasar al grueso de la manada y en un claro nos ponemos en marcha.
Los primeros tres kilómetros los hacemos compartiendo marcheta con los maratonianos, aunque la salida haya sido por filas separadas. Mientras un tal Gebreselasie ya está duchándose en su casa, al rodear el Berbabeu, unas pancartas nos dirigen para otro lado. La separación entre aplausos de ambas marchas es muy guapa.
Todo lo que sube tiende a bajar, así que la vuelta hasta la Puerta de Alcalá es favorable. Antes, cogemos un poco de agua en el avituallamiento líquido.
Y ya está, solo queda subir hasta la puerta de O´Donell y hacer la entrada del Retiro. Este tramo ya nos lo conocemos de memoria.
El resto, es tiempo para los maratonianos. Ellos son los protagonistas. Van entrando por decenas, cientos, miles, .. ¡Vaya fiesta!
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