Entre ermitas y mezquitas

A Constantina llego pasada la 1:30 de la madrugada después de parar un par de veces porque me caía de sueño. Hay un tramo en el que ni siquiera sé por dónde me meto, ya que me salgo de una carretera y me meto en una especie de pista de tierra que atraviesa un embalse por encima de la presa. Aparco pasado el pueblo, una vez divisada la salida para subir El Robledo.

Como estamos más al oeste de Bilbao, amanece tarde, y yo aprovecho para dormir hasta las 9 de la mañana. Desayuno un café y unas tostadas y me pongo en marcha pasadas las y media. Tengo que volver a atravesar el pueblo hasta la gasolinera que hay en una rotonda y, desde allí, iniciar la subida.

El coeficiente lo dice todo, y es que se trata de un ascensión muy asequible. Voy pedaleando con buen ritmo por esa carretera en perfecto estado y, a dos o tres kilómetros de coronar, doy caza a un betetero de avanzada edad. Con él, aminorando mucho mi ritmo, completo la subida. En la cumbre charlamos un poco y le comento que no he visto la ermita. Realmente sí la había visto, pero es tan grande que me había confundido y pensaba que era un enorme cortijo. Él me dice que sube todas las mañanas por prescripción médica ya que, tras un accidente de moto bastante grave, le han recomendado que haga bicicleta.









Desciendo con él y nos separamos en la ermita de Nuestra Señora del Robledo, donde me quedo para hacer unas fotos. Al despedirnos me dice "si pasas por el pueblo en otra ocasión y necesitas algo, no lo dudes, y pregunta por Ricardo, el que se metió la ostia con la moto".



De Constantina tiro a El Pedroso y allí cojo la carretera de Sevilla para irme al puente sobre el río Viar, donde empieza las subida a Los Melonares, que debe ser muy transitada en las carreras de la zona. Tampoco es que sea gran cosa, pero agradezco esta suavidad tras la dura jornada del día anterior.








No me lleva mucho tiempo y, como pensé ayer a última hora, decido pasar de los del sur de Sevilla y me voy directo a Córdoba, con un pequeño desvío por ver el castillo de Almodóvar del Río, para terminar con una ruta por los tres de la Sierra de Horcachuelos.





Dejo el coche en el Mirador de las Niñas, que está lleno de mierda, y me hago una circular de unos 60 o 70km muy atractiva por este rincón de Sierra Morena. Es más o menos el mediodía y hay muchísimo tráfico en el tramo que va desde la autovía hasta San Jerónimo pero, a partir de ahí, una delicia de recorrido.
















Las dos subidas enfrentadas desde el puente sobre el río Guadiato, Artafi y San Bernardo, esconden un paraje sorprendente de vegetación, con algunas familias comiendo de picnic a la sombra de los árboles. Parece mentira que en tan poca distancia te puedas encontrar este oasis y la triste y árida llanura cordobesa.





Al llegar al Mirador de las Niñas, con muchísimo tiempo aún en esta jornada, decido pasarme a hacer unas fotos por Las Ermitas, que está ahí mismito, y por la ciudad de Córdoba, para poder ver la famosa mezquita y la catedral a orillas del Guadalquivir antes de poner rumbo a Ciudad Real. Entre una cosa y otra, invierto un par de horas.







El tramo posterior de Córdoba a la Sierra Madrona me tiene reservado uno de los mejores parajes del puente: el Parque Natural de la Sierra de Andújar, perteneciente a la provincia de Jaén. Una cucada de carretera, una preciosidad de bosques, camino del Santuario Vírgen de la Cabeza. Con alguna que otra dificultad al cruzarme por semejante carreterita con autobuses de turistas que abundan por la zona, y con un atardecer maravilloso ante mis ojos, llego a la cima de Madrona con tiempo de hacer un baja-sube. Hoy el día ha sido flojucho de subidas y prefiero ganar tiempo para el regreso de mañana.






Calculo mal, ya que pensaba que podría hacer la subida completamente de día, y se me hace de noche para el segundo kilómetro, con lo que prácticamente hago Madrona de noche. Me cruzo con un par de coches y, aparcado en la cima junto al cartel de puerto, me preparo la cena y me echo a dormir entre aullidos de lobos, o eso creo que eran.



4 Comentarios

  1. Aupa Joseba!
    Manda huevos que decía aquel, que este día casi nos encontramos de cara. A la hora que tú cruzabas el puente sobre el Jándula, yo estaba en un área recreativa unos cuantos metros más para allá!!
    Está guapa la zona de Andújar, verdad? Estaba pensando proponer la subida al Santuario para el CIMA, que todos los de Jaén están en las sierras Béticas y no hay ninguno en Sierra Morena. Qué te pareció?
    Qué suerte escuchar los lobos, nosotros en 11 días nada, claro que estos se mueven por la zona de Sª Madrona y alrededores y nosotros hemos estado más por los alrededores del Santuario.
    Pasadlo bien por "el Rincón", me quedo esperando la crónica. Y llévate el salero por si acaso jejeje

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  2. Hombre, suerte, lo que se dice suerte, ...., que fue un acojone!!!

    Imagínate allí solo en la cima de Madrona, con una oscuridad total, calentando unas albóndigas en el hornillo y el 'rastro' fluyendo entre las siluetas de los árboles, y los ...... auuuuuuuuu!!!

    ¡¡Su puta madre!! ¡¡Me metí a cenar en el maletero!! jajajaja

    La subida al Santuario ese de Andújar muy guapa. No sé qué tal andará de números porque pasé con el coche, pero el entorno era, cuando menos, sorprendente.

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  3. Buenoooo, veo que han arreglado la subida de San Bernardo. Una gran noticia.
    La verdad es que parece mentira lo que esconde el valle del Guadiato. La vegetación es abundante para lo seca que es la provincia cordobesa.
    El puerto no es gran cosa, pero el paisaje bien merece el paseo. No todo tienen que ser puertacos.

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  4. Es que avisé unos días antes a la Diputación de Córdoba y tuvieron el detalle de asfaltarlo.

    Si llego a saber lo mal que estaba media Sierra de Aracena, aviso con tiempo a la de Huelva, jejeje

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