El viaje soñado (XII) AND

5:00 AM, llego a Briançon por el Col de Montgenèvre. La noche ha ido bien, con tan solo una cabezadita corta a la altura de Milán.




Como el Lac de Serre-Ponçon no lo fotografié a la ida, y es muy chulo, borro un par de fotos de las primeras y lo retrato para la posteridad. Tendré que quitar alguna más cuando llegue al Mont Ventoux, pienso.

Pero en cuanto paso Gap me doy cuenta de que no va a ser posible. La zona del Ventoux está muy cubierta, con el cielo negruzco y me cae la primera granizada estando a sus pies. Se acabó. Sin detenerme, con el depósito lleno, continúo el viaje de regreso a Bilbao.

Así hasta Perpignan. Hasta que aparece una señal indicando Andorra y se me ocurre una idea. ¿Por qué no concluir con las tres subidas del CIMA que me faltan? Y así hago, rumbo a Andorra, a donde entro por Envalira, previo paso por Puigcerdá.

A Andorra llego pasadas las 2 de la tarde, tras 8 largas y pesadas horitas de viaje. Lo primero que hago es parar para comer en Erts, a la altura del desvío para Arinsal. El día está muy chungo, muy amenazante, y en una de estas me hago la subida a Cabús. El piso mojado, muy mojado, indica que ha estado lloviendo fuertemente, pero yo voy a tener una potra enorme porque no me llueve nada, y eso que la subida dura un par de horas.

No hago ninguna foto, ni siquiera llevo la cámara. En Andorra he estado un montón de veces y tengo un porrón de fotos de esta subida, eso sí, hasta el Col de la Botella. Así no borro ninguna de las alpinas. En el Port de Cabús hay niebla cerrada y no puedo disfrutar de las vistas de la vertiente leridana. ¡Qué bonito es Cabús!

Podría haber hecho una ruta circular sin detenerme, pero me cojo el coche hasta Canillo porque pasar Andorra la Vella me parece un puto asco. Por fin voy a hacer Envalira (no sé ya cuántas veces he venido y no lo he hecho nunca en bici hasta hoy).¡Qué largo se hace Envalira!

Para terminar, el Col de la Gallina. Ya estuve en él anteriormente y no llegué arriba por 2 o 3 kilómetros, por culpa de la nieve. Dejo el coche en el desvío que se coge camino de Os de Civis y ¡a sufrir! ¡Qué duro se hace este Col de la Gallina!

De vuelta en el coche, ya oscureciendo, me cae una pedazo granizada de impresión. Creo que he tenido una suerte de la leche, esquivando contínuamente el lugar de la precipitación tormentosa. En Col de Nargó, decido quedarme a pasar la noche.

Allí, cruzo un par de mensajes con Fernando. ¡Es increíble! El está durmiendo en Puigcerdá y ha pasado hoy por Cabús y Envalira en su vuelta de los 100 cols. Le llamo para charlar un rato. Por lo que me cuenta, ha tenido mucha peor suerte que yo, chupándose todo el agua del mundo. Aunque él ha pasado pronto y yo tarde, en algún lugar nos hemos tenido que cruzar, él en bici y yo con el coche. ¡Seguro!

Comienza a llover torrencialmente en Col de Nargó. La noche va a estar movidita. He estado un montón de días en los Alpes con un tiempo espectacular. A partir de hoy cambiarán las tornas. Ahora que voy a Galicia, las lluvias torrenciales que han tenido los gallegos se desplazan para el Este. ¡Perfecto!

El viaje soñado concluye, mañana regreso a Bilbao. Tengo la cabeza petada de bellos lugares. ¡Nunca podré olvidar esta pedazo experiencia! Y ahora que la tengo escrita ...


... gracias Amaia.

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