El viaje soñado (X) AUS - ITA

¡Vaya día que ha salido! A primera hora paso el peaje del Gloßglockner, esta primera vez sin pagar los 28 euros, y comparto inicio de ruta con varios ciclistas que salimos al mismo tiempo desde la pequeña explanada que tienen preparada para que duerma en el coche el que no ha podido pasar antes del cierre del puerto. En un par de kilómetros ya estamos dispersados. Cada cual va a su ritmo y parece que somos de paises diferentes, porque nadie contesta a nadie. A mi 'aupa' solo le siguen algunos alzamientos de cuello.






El puerto es EL MEJOR PUERTO QUE HE SUBIDO EN MI VIDA, la cosa más bonita del mundo, el llamado "Mirador de los Alpes". Una subida larga y constante, con alguna rampita más dura pero nada asfixiante, un señor puerto de 1.500 metros de desnivel. Aunque no son los números lo importante sino su grandísima belleza, lo imponente de su paisaje.

El puerto propiamente dicho es el Hochtor, aunque lo más espectacular es coronar el Edelweisspitze, una atalaya natural desde la que disfrutar de 360º rodeado de montañas. Es un puerto doble, o triple si consideramos otro alto la continuación hasta el Glaciar del Gloßglockner. Yo corono el Hochtor y me doy media vuelta. Este puerto me hace sentir muy satisfecho de haber planificado este viaje. Este puerto es el viaje.

























































Ahora sí. Ya de vuelta en el peaje, pago los 28 euros. Tengo que pasar con el coche hacia Döllach, donde se inicia el Zirknitztal. Me dan una de esas pegatinas para empapelar las 'campers' y un folleto informativo del parque. Me detengo de nuevo en el Edelweiss, que es increíble, y andando grabo un vídeo de recuerdo con una panorámica de todo lo que se ve desde la cumbre.



Continúo hacia la otra vertiente del Hochtor y, por error, cojo la carretera que me lleva al Glaciar del Gloßglockner. Quería tirar seguido hasta Döllach y me habría dejado esta maravilla de la naturaleza por ignorar su existencia. ¡Qué potra que me he confundido en la rotonda!





















Con los ojos abiertos como platos, llego a Döllach, inicio de la subida al Zirknitztal. Esta es de esas subidas de grandes rampas en sus 16km. Otra pedazo subida, tanto en dureza como en belleza. El inicio remonta rápido entre casas que me recuerdan a los baserris vascos, incluso por los rampones, para dar paso a un descanso entre bosque. Al llegar a dos señales elijo la de la derecha y acierto, porque me lleva al embalse. Este tramo es el más duro, sobre todo en la parte final. Una subida muy muy exigente. ¡Y preciosa!


























Estoy maravillado con lo que llevo hoy. Ahora, en teoría, debería ir a hacer el Grosse Oscheniksee, pero cambio de planes. Las fotos que ví del Grosse Oscheniksee eran muy parecidas a lo que es el Zirknitztal, solo que más duro. Ahora que he vuelto a ver más, creo que acerté. A cambio, me voy a Italia para hacer el Furcia (o Furkelpass) más el Plan de Corones (o Kronplatz) y de esta forma arreglo una etapa que no tenía muy clara con ese puerto, ya que me quedaba algo descolgado. El tramo que me lleva a Valdaora, dejando Austria por Lenz, es brutal. El Lago di Valdaora... ¡sin palabras!


















De nuevo toca bici. La subida al Furcia tiene alguna rampa chunga, pero es un puerto típico. De allí al Plan de Corones, la pista está muy mal para bici de carretera, tanto que tengo que echar pie a tierra en varias ocasiones porque la rueda patina muchísimo. Esta parte se me hace muy dura. Debe ser famosilla en el Giro porque en todas las curvas hay un cartel numerado con ciclistas del pais: Coppi, Bartali, ... Se me gastan las pilas pasada la octava curva y corono andando porque soy incapaz de mantener el equilibrio. En la bajada vuelvo a padecer el piso.











Camino de Cortina d´Ampezzo diviso los Dolomitas. El Lago Dobbiaco me los muestra en todo su esplendor.








En Cortina me quedo. Mañana toca etapa redonda.

0 Comentarios